30 de abril de 2011

Sólo hasta que pase la tormenta.

Abres la maleta, metes el pijama, un par de camisetas y unos vaqueros. Cierras la maleta. En Méndez Álvaro a las 16.30 habrá un autobús que te llevará a casa. Se llama huir. Y huir dicen que es cosa de cobardes pero, ¿aquí quién no es cobarde por amor?
Además, sentarte delante del mar ayuda a dejar la mente en blanco.
Y el mar está en casa; el mar es casa.
Así que Mayo empezará para ti en ese autobús que une Madrid con Coruña. Ese que tantas veces has cogido antes por el mismo motivo: huir. Ese que, al fin y al cabo, no soluciona nada. Pero a ti te gusta pensar que si.
Y una vez en casa, te sentarás en el sofá y cerrarás los ojos mientras escuchas tu canción favorita tocada por tu persona favorita.
Y te quedarás ahí, hasta que pase la tormenta.
Luego, cuando haya llegado la calma, regresarás a Madrid. Un poco más mayor, con una lección nueva aprendida, un poco más de experiencia en la vida y con un par de personas menos en tu lista. Pero entera, y preparada para empezar de nuevo, otra vez. Y sobretodo, con la esperanza de que todo haya sido mentira, aunque sea tan real como el mismo dolor que ha provocado.

2 comentarios:

  1. Qué suerte tienes de poder huír cuando todo va mal, es lo que me encantaría a mí ahora mismo... dejarlo todo, alejarme, verlo desde un punto de vista más objetivo y volver nueva, con las ideas claras y ganas renovadas de vivir la vida.
    por cierto, buena canción:) un beso!

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