6 de abril de 2013

Qué absurda derrota, dijo la primavera
mientras enumeraba, una a una
las noches que quedaban para contar estrellas
y renglones en blanco;
los anhelos que al cumplirse se degradan,
de los que hablaba Benítez.
Levantaste la vista,
                            fue un segundo.

Cuando la primavera, derrotada, sea gris
y no haya en ti valor suficiente
para robar colores a la paleta,
recuerda que fue un golpe de suerte.
Tú traías un naufragio entre las manos
y yo parches de todos los tamaños;
Levantaste la vista,
                            fue un segundo.

Dejé caer mis ojos en tu descuido.

5 comentarios:

  1. Delicado.
    Palabra que para mí define todo el texto.

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  2. La última frase sin duda, mi favorita.

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  3. Este poema es tan ligero como el verano.
    Un soplo de aire fresco.

    Me encanta :)

    Te sigo desde http://drogasyamoor.blogspot.com.es/

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  4. La última frase, sin duda, la mejor.

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