24 de febrero de 2013

No era ella,
pero quería todo lo que se puede querer
algo que no posees. Yo la esperaba
sentada cerca de la ventana, viendo llover la ciudad
como si fuera la primera vez que veía la lluvia empapar las aceras,
inmersa en esta espera inútil
                                 -irónico pensar que el ladrón no era yo-
que me impedía disfrutar de tu piel pegada a la mía.
Quería todo lo fuerte que se puede querer
algo que no posees. Como arena mojada
de la playa en diciembre humedeciendo los pies de los valientes,
como las calles de un París que todavía se me cuela por las noches
y provoca pesadillas. Latía
tu música en mis venas con la incertidumbre de no saber
si estarías al volver
si volverías a estar
si aquello que me dolía era tu ficción o
mi realidad;

son cosas que existen
que sientes
que vives
que -a veces- ves
pero no posees.

Miraba por la ventana como si nunca hubiera visto llover. Pensaba
en Madrid como mi cómplice en esto de la espera inútil
fiel compañero en la sin razón de los minutos
que queman cuando pasan y cuando no pasan
queman más,
la ciudad esperaba a que la lluvia cesara y no ahogarse
yo esperaba a que volviera a por ti
y me ahogase

eso es,
nunca las canciones dolieron tanto
como cuando tienes poder para poder desnudarlas
y su desnudez
                      te desgarra.



(When your mind's made up)



1 comentario:

  1. No sé cómo puedes escribir de esta forma. Cómo puedes hacer pensar de esta manera.
    Un beso.

    ResponderEliminar