Una dosis de buenas vibraciones.

Vuelves a las andadas. Tus años de juventud y de locura han vuelto, o han empezado. Depende de como lo mires. Te enamoras de un chico cada noche, y te desenamoras cada mañana. Y te pasas el día deseando que vuelva a salir la luna para encontrar al amor de tu vida, de esa noche. Sales a pasear con un par de buenas amigas por el Retiro, y el tiempo se ha vuelto loco. Hace tanto calor que te sobra el abrigo; te sobra toda la ropa, me atrevería a decir. Ahora sólo escuchas canciones que te incitan a ser la reina de la pista de baile. Es sábado. El sol de Enero te pica en la cara. Por primera vez en mucho tiempo, te sientes plenamente feliz.
Que extraño es esto de la felicidad, ¿no os parece?