24 de diciembre de 2010

Dulce Navidad...

(Mi inspiración se ha quedado en Madrid)
Os podría hablar de lo bonita que está mi ciudad con todas estas luces y caras sonrientes; regalos que vienen y van. O de lo bonito que se ve el mar por la noche desde la ventana de mi salón. Del cielo gris, mágico gris, de Coruña. También podría hablaros de los abrazos de mis amigas, los de mi familia. De lo mucho que me quieren. De lo contentos que están todos de que yo esté aquí con ellos. De que esta noche viene Papá Noel, y hay cena familiar, y felicidad por todas las esquinas. Y un precioso arbolito en el salón que amanecerá cargado de regalos. Podría hablaros de tantas cosas bonitas que me rodean... pero no soy capaz. Mi cabeza está llena de pájaros, y se ha quedado en el mismo lugar que mi inspiración. Que cada día que pasa es uno menos para mis exámenes, y yo sigo sin ponerme a estudiar. Escucho música y me pongo a bailarSoy un desastre. Definitely. 
Pero a pesar de los pájaros que están en mi cabeza revoloteando y no me dejan centrarme, mi casa huele a tarta recién hecha y mi madre sonríe mucho. Y mi padre ha vuelto a fumar porque se ha cansado de estar enfadado con el mundo, y me incita a beber chupitos con él para ir entrando en calor. Y mi hermano se ha enamorado del gorrito de reno que he traído y no se lo quita ni para dormir. Y yo estoy contenta porque me gusta mi casa, y los quiero mucho. Y hoy es Noche Buena, y mañana Navidad. Y sinceramente amigos, como en casa... en ningún sitio. Y hay que aprender a disfrutar de las cosas buenas.
Así que, os deseo a todos una Navidad muy muy feliz. Que esta noche tengáis una de las cenas más agradables del año, que cantéis muchos villancicos y comáis turrón rico rico hasta que os explote la barriguita. Y que entre una cosa y otra, tengáis tiempo para darle las gracias a Dios o a quien sea, por estar rodeados de personas tan especiales. Porque todos tenemos personas especiales por las que dar las gracias. Y acordarnos de los que ya no están es bonito, pero nada de tristuras hoy. Si nos pican los ojos, que sólo sea porque hemos brindado demasiadas veces.
¡FELIZ NAVIDAD!

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