14 de noviembre de 2010

*

Aprendí de la vida a contar las sonrisas con los dedos de la mano, a recordar lo justo y olvidar lo necesario. Aprendí muy pronto a echar de menos, y sin embargo nunca soy capaz de echar de más. Me perdí en paisajes, montañas, mi sitio favorito es un río lleno de piedras de cantos rodados. Mi sitio favorito universal, el mar. Si hay algo que me recuerde que estoy viva son los besos por la mañana, y el café caliente si lo hace alguien especial. Si hay algo que me recuerde que estoy muerta, las noches solitarias, los domingos como este. Escucho música, me empapo de palabras, de sueños, vivo todas las películas del mundo y me pierdo por las calles cada noche. Aspiro a guardar entre mis brazos todos los atardeceres de película y nuestros besos en la cocina. Saltar entre las piedras de alguna playa desierta, y si me hago daño, lo curo con saliva, sé que vivir provoca demasiadas heridas. Pero las que peor cicatrizan son las del corazón. Aprendí que debo saltar los charcos sin importarme calarme los pies. A saltar los días sin que se empapen mis ojos. Que las mejores meriendas son las que tomas al salir del colegio, sin embargo, los mejores desayunos son los que te traen a la cama. Que los sueños que te hacen sonreír un día, al día siguiente pueden hacerte llorar más que nunca. Que un cielo lleno de estrellas siempre es una buena excusa para pedir un deseo. El café mejor con dos de azúcar. El sexo mejor en una cama y con abrazos de por medio. Mejor vivir al máximo. Mejor coger aviones imaginarios cada mañana. Aprendí de las gotas de lluvia que resbalan por mi ventana que detrás de un sueño hay un recuerdo, y detrás de un beso un adiós. Que el momento más importante es el ahora. 
Y estoy dispuesta a vivirlo. 

1 comentario:

  1. Me encanta, he descubierto tú blog y no puedo parar de leerlo!! Me encanta como escribes! felicidades!!

    morethansilence.blogspot.com

    ResponderEliminar