hacer las maletas y alejarnos
del ruido de verano que atrona entre nosotros
alojarnos por el camino en canciones
y en poesías.
Escaparnos a la hora en que la ciudad duerme y despiertan
sin miedo, los miedos de los valientes.
Tal vez, debamos huir ahora
que todavía está fresco el olor del sexo y el dolor
no se atreve a asomarse
a plena luz del día.
Antes de que llegue el tiempo con sus rutinas
nos cambie el color del cielo,
nos quemen la piel las mentiras
y deje de ser tu voz mi único testamento.
Quizás sea conveniente preparar una huida
escaparnos, antes de que se escape
un te quiero de mis labios
y estallen las ruinas de querernos
al mismo tiempo que frenamos.
Leerte siempre es belleza
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