la manera de contarte
que a este lado de la vía, la vida
sigue igual de cobarde
que se me arrugan los días,
y acumulo las cenizas
donde antes había aire.
Hace tiempo que me cuesta imaginarme
llevando poemas al baile
curando con palabras las heridas
ni siquiera,
con tus palabras las mías.
Y el rumor de la duda
recorre la certeza
cada día mientras fumo y dudo
y fumo
y dudo
y dudo...
Hace tiempo que me cuesta acostumbrarme
a esta tempestad constante
que a veces se vuelve plomiza
cruel; y otras
débil, sencilla
casi baladí
y solo me veo recogiendo briznas de orgullo
en aquel diciembre
por las calles de París.
Como si el tiempo entre dos inviernos
hubiese pasado sin pasar,
y se hiciera mía
cada herida de tu lucha;
como si los parches de tus te quiero
los hubiera arrancado el viento
de esta
constante tempestad.
Por eso
hace tiempo que me cuesta encontrarte
verdades en la piel,
y allá donde busque
solo está el sonido atronador de tus aullidos
quemando mis oídos
en la ciudad triste de Madrid.