24 de junio de 2011

Desde las ventanas de Madrid no se puede ver el mar.

Cuando llegó aquí, se pasaba horas sentada en la cama mirando por la ventana. Desde las ventanas de Madrid no se puede ver el mar, eso le provocaba una punzada de dolor y deseaba que al otro lado de los cristales estuviera el gran gigante azul acunando con dulzura sus olas. Los días, los meses fueron pasando, o más bien corriendo sin darle tiempo a pestañear. Hoy está sentada en la cama, mirando por la misma ventana. Al otro lado sólo ve edificios y más edificios, coches y más coches, personas con prisa o sin ella que van a ningún lugar o a todos a la vez... y, de repente, siente una punzada de dolor. Pero es un dolor distinto.
En la calle Francisco de Rojas, en el portal número 3, hay una habitación cuyas paredes se están desnudando. Vuelven, poco a poco, a ser blancas. En el suelo, un póster de Madrid en el noviembre de 1936 con el lema "No pasarán" que encontró en el rastro, otro de los Beatles comprado en una pequeña tienda de Malasaña, recortes de periódicos, fotos y más fotos, billetes de avión, tickets de metro, folios arrancados de libretas que resumen las horas de aburrimiento en la facultad, entradas de conciertos... un millón de papeles sin importancia que bien podrían haber valido para hacer ayer la hoguera de San Juan, pero que, para M., conforman un año lleno de momentos, de planes, de ganas, de sueños cumplidos o por cumplir. Un año de vidas cruzadas efímeramente, vidas cruzadas para siempre. En su radio suena Calles de Madrid, de Quique. Sigue siendo la misma persona pequeña aterrizada en una ciudad grande, pero nada es igual.
Esta calle insignificante que se encuentra entre Bilbao y Alonso Martínez la ha arropado durante tantos meses... desde su ventana de Madrid no se puede ver el mar. Pero creo que se ha acostumbrado a ello, y ha aprendido a ver la magia de una ciudad mágica al otro lado de los cristales.
Cuando llegó aquí, se le subía la humedad del corazón a los ojos echando de menos el norte. Hoy, la misma humedad vuelve a subir por lo mucho que le está costando despedirse de ti, Madrid.

4 comentarios:

  1. Tendré que irme a Madrid a ver como es eso de tener que despedirse de él

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  2. Pero que lindo! :D Te leo y quiero ir a Madrid :D!!




    :O! Solo tres días y sabré lo que significa dar pasos en Europa (Y me dan ansias de emción :D)

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  3. O.O madrid le hecho tanto de menos :( Nací allí y a los 3 años me fui de ahí y hace mas de 1 año que no he ido....
    http://sinmuchosrencores.blogspot.com/
    Te sigoo :)

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