no te escribo desde que
perdí en las trincheras de aquella guerra
la calma de la palma
de tu mano
posada en mi cintura por las noches
la tranquilidad de saberte esperándome
al otro lado del teléfono
en esa ciudad maldita
que me robó tu cuerpo
tu risa. tus ganas
tu vida. que te escondió de mi
dejándome atrapada en la condena
de buscar tus ojos
después de cada vez
que no eras tú
-y ese sabor amargo en los labios
que se quedaba conmigo. que me amargaba-
perdí.
perdí y sigo perdiendo
la vida por los celos
al pensarte lejos y alegre
lejos y cansado
lejos y abatido
siempre lejos. tan lejos
y ni siquiera tanto es suficiente
para olvidar que existe tu existencia
la calma
de la palma de tu mano
posada en otro cuerpo
perdí
a ti y a la vida
que no ha vuelto a ser fácil
ni útil
solo es
como solo era yo, cuando era contigo.
G U A U María, ¿sabes?, hay gente que daría lo que fuera por escribir la mitad de bien que escribís agri o tu, tenéis magia, hacéis que se ponga la piel de gallina, dejáis huella. Tan increíble como siempre M. Espero que no lo dejes nunca.
ResponderEliminarAdoro cuando M vuelve después de tanto tiempo esperándola y hace poesía de la de verdad. Eres genial.
ResponderEliminarEspero tus letras como esperan la noche los primeros rayos de sol...y estos, estas... sonríen mi piel, sonríen mi alma.
ResponderEliminarGracias
Siempre estoy en busca de cosas nuevas y hoy te he encontrado a ti. No dejes nunca de escribir M, parece ser, que hay gente que espera tus palabras
ResponderEliminarNo se si he llegado a sentir lo mismo que tú cuando lo escribiste pero aún sigo con la piel de gallina. Es genial.
ResponderEliminarhttp://lachicaquenadieconoce.wordpress.com
Adore la forma en que te expresas y escribís..
ResponderEliminar