16 de enero de 2012

Los días sin ti serían precipicios.

Se fue a París una mañana de Septiembre e inundó la ciudad con su acento de sal. Vio muchas lunas llenas desde Montmartre y la Torre Eiffel se quedó pequeña al lado de su corazón. Pero sus ojos pintados de otoño se enamoraron al volver a casa por navidad. Por eso las veinte primaveras le llegan allí donde solíamos gritar. Por eso cumple VEINTE años entre la arena de la playa que nos ha visto crecer. En la barra del bar verde que tiene nuestros nombres escritos a fuego. Que nos ha visto ser niñas y dejar de serlo. Volar por encima de las nubes y caernos con todo el peso, después. En los pasillos de aquel colegio en el que la encontré. En los baños donde pasábamos las horas muertas llorando los desamores. Con polo blanco y falda de cuadros verdes y granates.
La ciudad del amor se volvió loca por ella tal y como muchos años antes había hecho yo. Me la robó para devolvérmela un siglo más mayor, pero la misma sonrisa. Pero las mismas ganas. Y yo convertí los kilómetros en segundos por ella, le escribí una canción y me cubrí de morriña tres veces al mes colgada de un teléfono, cuando solo ella podía salvarme. Muriendo por su abrazo en el aeropuerto. Por un paseo en coche con la 98.9 sintonizada. Por un café doble con dos de azúcar en nuestro bar mientras nos empañan los recuerdos de una vida compartida. Aferrada a la mano que me tendía desde el norte en las noches más frías que recuerdo. Porque solo ella creía en mi cuando hasta yo había dejado de hacerlo. 
Es de las que se quedan hasta el final, incluso más. De las que nunca verás llorar. Ni mentir. De las que deben bailes pero no explicaciones. De las que conducen escuchando Oasis y suben el volumen cuando suena Stand by me. De las que curan cicatrices y hacen de paracaídas. De las que lo dejan todo cuando dices ven. De las que están en todas las historias de cuando éramos reyes. De las que están cuando nadie más. De las que quieren como la que más. De las de verdad. 
Es la mitad de la chica de ayer, que cumple años con ella desde hace más de ciento cincuenta Eneros.




















Feliz cumpleaños, fur.
Desde Madrid, donde hasta los charcos de este invierno preguntan por ti.
Te quiero. Como siempre. Como nunca.

4 comentarios:

  1. Otra vez, otra vez, otra vez me dejas impresionada

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  2. meri, eres una exelente escritoraaaaaaa, me encanta esta entrada, te sigo :) este es mi blog :http://masqueamorunaobsecion.blogspot.com/ un besillo :)

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