5 de mayo de 2011

Con las cinco letras de la palabra "tarde" no se puede escribir "ahora".

Se acuerda de él, al menos, una vez al día desde que se marchó, hace tantos meses ya. Lo recuerda cuando está a punto de estallar de felicidad, porque le gustaría que él pudiera verla y así gritarle a la cara "¿Ves? Lo he conseguido. Soy feliz, sin ti." Pero sobre todo, lo recuerda cuando las cosas van mal (como ahora). Es entonces cuando más fuerza coge su recuerdo, y a cada segundo se dice que, cuando estaba él, lo difícil se hacía fácil y lo imposible, parecía tan posible que hasta hacía gracia pensarlo.
Estos días está sumida en una de esas crisis de meterse en la cama y dejar de respirar, y justo va él, y aparece. Así, sin más. Unas cuantas palabras, una aparición fugaz, pero suficiente para volver su mundo patasarriba y desafinar un poco más su todavía corazón desafinadoA lo mejor es verdad eso de que el tiempo todo lo cura, porque aunque parezca una locura, ya no siente rencor, ni dolor. Ya no recuerda las partes feas y sin quererlo, sin saberlo, sin comerlo ni beberlo, ha perdonado todo aquello que parecía imperdonable. 
Pero resulta que hasta ayer, no recordaba lo mucho que lo echa de menosLo mucho que le apetece, ahora que está en casa, sentarse delante de un café en el bar verde que hace esquina, con él, y retroceder un año en el tiempo. Situarse justo en ese momento antes del naufragio de su barco de papel y, aunque fuera sólo durante los diez minutos que durase el café, volver a sentir de nuevo todo aquello que sintió. Es una forma rara de nostalgiaEs echar de menos a un fantasma, algo que nota tan lejano que hasta cuesta creer que haya sido real; ya no lo necesita, no necesita que vuelva ni necesita su presencia. Sólo necesita su recuerdo... su recuerdo, y este echar de menos raro que a veces todavía consigue que se le suba la humedad hasta los ojos. 
Y aunque hace mucho tiempo que se juró no volver a escribirle, hoy necesita darse una tregua para decirle que a pesar de todos los daños y tantos y tantos restos del naufragio, tiene la certeza de que nadie la volverá a querer de aquella manera. Que nunca volverá a querer de aquella manera. Y de vez en cuando, si, necesita escribirle, porque cuando piensa en él las palabras le salen solas; y es que siempre ha sido su mejor trocito, su mejor canción. 
La parte más bonita de su amor

6 comentarios:

  1. Y si te digo, que a mi me pasa precisamente lo mismo..

    ResponderEliminar
  2. No sé cómo escribirte que he sentido como si yo hubiera sido la autora del texto. Que has reflejado cada uno de los momentos y sentimientos que desde hace algunos meses, demasiados, ya no deberían ni pasarseme por la cabeza. Que el estómago me ha dado un vuelco al descubrir que no estoy loca, que no soy la única que en determinados instantes olvida todo lo malo y sólo anhela unos minutos más de aquella extraña felicidad. No sé cómo darte las gracias por limpiar el horizonte y descubrirme que, a pesar de lo que digan, no es tan malo y mucho menos tan raro.
    Millones de besos

    ResponderEliminar
  3. creo que nunca había leído algo con lo que me sintiera tan identificada, gracias

    ResponderEliminar