2 de febrero de 2011

Jugamos a ser humanos en esta habitación gris.

Recuerdo que al llegar ni me miraste, fui sólo una más de cientos. Y, sin embargo, fueron tuyos los primeros voleteos.
Cómo no pude darme cuenta que hay ascensores prohibidos, que hay pecados compartidos, y que tú estabas tan cerca.
Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos;
Finjo que no sé, y que no has sabido. Finjo que no me gusta estar contigo…

5 comentarios: