25 de enero de 2011

Trapos sucios, platos rotos y algunas fotos.

Los restos del naufragio quedaron esparcidos, o desaparecidos, o rotos. Es lo que tiene surcar los mares en barcos de papel. Y no sé si fue amor o ganas de arder, el caso es que si lo piensas, tampoco fue tan bonito. Sólo fue. Como todo en esta vida. Y cuando un soplo de aire trajo hasta mis oídos tu nombre, el día se tiñó de amargo. Yo, que te buscaba en los ojos de todos los desconocidos del metro, ya no te busco, por si te encuentro. Que tatué nuestra historia en una estrella, me vendería por venderla. Me vendería por borrarme. Y ya no te busco, por si te encuentro. Por si estás. Que si tú, yo no. Que si ahora apareces, me voy. Como antes te fuiste tú, como en realidad también me fui yo. Las cosas graves nunca importan al final (hablando en clave, para disimular). Me escapé, lo reconozco; y las cosas que han pasado, yo me las he buscado. Me aguanto. Y ahora te echo de más, porque no soporto el peso de cargar con tu nombre en mi espalda; no soporto el peso de ti. 
Sólo fue. Y lo que fue, ya no es más.
Nos queda el presente, 
que ya es suficiente.

2 comentarios:

  1. Nos queda el presente, que ya es suficiente :)
    me gusta mucho, mucho!
    Mua! :)

    ResponderEliminar
  2. Hay tantas frases que me han gustado de la entrada que no te las voy a poner aqui jajaja. Me parece preciosa, como escribes, te ha quedado genial, me encanta de verdad:)
    Te espero en mi blog:D
    un bbesito guapa, gracias por tu comentario!

    ResponderEliminar